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sábado, 9 de abril de 2016

Llueve en mi

Sin vueltas:

Estoy triste, el dolor empezó en una pierna y fue quizás el detonante de algo mayor: tengo miedo, de resbalarme y caerme, de golpearme, de que me choquen. No me pasa en todos lados, solo en algunos suelos. Hablar de mi enfermedad con un compañero de facultad, en este estado me hizo temblar la pera y no pude sacarlo. Después hablé con otra persona, que quizás si el lugar hubiese sido apropiado, podría haberme abierto a incluso lagrimear, pero no pude. Llegué a casa angustiado: me cuesta animarme a andar solo en la facultad, porque temo resbalarme. Lo mismo me pasó en la estación, el piso es muy resbaladizo y hay mucha gente. Por qué no puedo animarme a caer o al menos correr el riesgo? Le tengo miedo al dolor, a los golpes graves, ni hablar de los fatales o fatales en algún sentido.

domingo, 27 de marzo de 2016

Que no te entretengan

Las discusiones deben existir desde que existen varios puntos de vista sobre una misma situación. No son malas, sino que sirven para enriquecer los argumentos de las partes y ponen sobre la mesa el abanico de posibilidades, para que un receptor pueda elegir. 
Creer que discutir es malo, es creer que podemos tener sólo una visión sobre un determinado tema. Hay temas que parecieran no admitir discusión y hay otros en los que la discusión abunda, ya sea con argumentos o no:
Nadie va a discutir que 2 + 2 = 4, pero en cambio se puede discutir la forma de explicarlo.
En estos temas, que suelen ser polémicos y dar lugar a múltiples interpretaciones, aparece una hegemonía: la de creer que todos podemos pensar igual. Yo me pregunto si esta idea, no encierra un concepto peligroso: todos debemos pensar igual y para eso, el primer paso, sería creer en ello.
Si partimos de dos pensamientos distintos, diametralmente opuestos, el acuerdo debe ser o bien un punto medio o alguno de los extremos. Si el predicador de esta unión, se encuentra de un lado de la circunferencia, ¿podemos entonces creer que su predicado va a beneficiar a ambos lados?

Volviendo a la cuestión de la enseñanza, dos posibilidades podrían ser:

  • Enseñarle los conceptos de los números que intervienen en la expresión y de todos los demás, para así poder enseñar a sumar
  • Enseñarle a repetir esa expresión y aprenderla de memoria, sin analizar el contenido de la misma
Mas allá de cuál es la correcta, cuál es la mejor o si hay un listado de otras posibilidades, podemos distinguir dos cuestiones importantes: ¿Qué voy a enseñar? ¿Cómo lo voy a enseñar?
Muchas veces, en distintas discusiones vemos que se pierde el foco y es acá donde hay que parar. Porque si perdemos el foco, estamos dejando de lado la importancia de esa discusión y la estamos llevando a otro ámbito, a uno que quizás, no sea importante discutir. Es importante aprender a notar esas desviaciones y notar qué o quién las produce y, en el caso de saber quién, empezar a dudar de la veracidad de sus palabras.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Sucedidos 2


Por Eduardo Galeano: 
Antaño, don Verídico sembró casas y gentes en tormo al boliche El Resorte para que el boliche no se quedara solo. Este sucedido sucedió, dicen que dicen en el pueblo por él nacido.Y dicen que dicen que había allí un tesoro, escondido en la casa de un viejito calandraca.Una vez por mes, el viejito, que estaba en las últimas, se levantaba de la cama y se iba a cobrar la jubilación.Aprovechando la ausencia, unos ladrones, venidos de Montevideo, le invadieron la casa.Los ladrones buscaron y rebuscaron el tesoro en cada recoveco. Lo único que encontraron fue un baúl de madera, tapado de cobijas, en un rincón del sótano. El tremendo candado que lo defendía resistió, invicto el ataque de las ganzúas.Así que se llevaron el baúl. Y cuando por fin consiguieron abrirlo, ya lejos de allí, descubrieron que el baúl estaba lleno de cartas. Eran las cartas de amor que el viejito había recibido todo a lo largo de su larga vida.Los ladrones iban a quemar las cartas. Se discutió. Finalmente decidieron devolverlas. Y de a una. Una porsemana.Desde entonces, al mediodía de cada lunes, el viejito se sentaba en la loma. Allá esperaba que apareciera el cartero en el camino. No bien veía asomar el caballo, gordo de alforjas, porentre los árboles, el viejito se echaba a correr. El cartero, que ya sabía, le traía su carta en la mano. Y hasta san Pedro escuchaba los latidos de ese corazón loco de la alegría de recibir palabras de mujer.

lunes, 23 de enero de 2012

Soy como soy, por vos

El ser humano busca la felicidad, la perfección. La gente nos hace mostrar nuestras cosas buenas y nuestras cosas malas y se hacen especiales. A mas cosas buenas, mas especiales. "El amor de nuestras vidas" yo creo que no existe, existen amores a lo largo de la vida, que en su momento nos sirven como apoyo para cuando las cosas no andan bien. Encontramos en ellos lo que creemos que nadie podría darnos y al final, haciendo cuentas nos damos cuenta que alguien puede darnos lo mismo y mas. NO se tiene que entender esto, como un menosprecio a amores pasados, simplemente se tiene que entender como que yo no estaba hecho para tolerar su forma de ser, porque mis errores los corrijo yo y no le puedo echar la culpa a nadie por ellos. Vamos buscando en las "nuevas" personas, lo que las "viejas" no pudieron darnos, no porque no pudieran, sino que no sabíamos como recibirlos.